Rosa María Hernández, la migrante mexicana de 10 años con parálisis cerebral que se encontraba retenida en un centro de inmigrantes para menores en Texas fue liberada y trasladada a Laredo, donde vive su madre.
La niña de 10 años quedó bajo la custodia de agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) cuando iba camino al hospital Driscoll de Corpus Christi, Texas, para ser operada por piedras en la vesícula el pasado 24 de octubre.
“Debido a la condición médica de la joven, agentes de la Patrulla Fronteriza las escoltaron (a la niña y su familiar) a un hospital de Corpus Christi donde podía recibir atención médica apropiada. Debido a las leyes de inmigración de EEUU, una vez se resuelva el asunto médico luego será procesada. El Consulado de México fue advertido de la situación por la Patrulla Fronteriza de Laredo”, indicó un comunicado del CBP.
Desde que se dio a conocer el caso, la ACLU, una Asociación por los derechos Civiles en Estados Unidos, abogó por la menor y amenazó con demandar al gobierno de Trump en caso de que no se liberara a la niña. No fue sino hasta más temprano hoy, que la demanda fue interpuesta y más tarde, la niña fue liberada.
Desde que se dio la detención, la menor no ha estado acompañada por su madre, Felipa de la Cruz, quien vive en Laredo, pero no viajó con ella por miedo a ser deportada.
Información de Agencias
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